jueves, 28 de octubre de 2010

Agujeros

Ojala nadie hubiera creado los verbos "jurar" o "prometer". Se ahorrarían muchos corazones desconsolados, muchas lágrimas y mucho papel manchado en los diarios de féminas que sienten que su vida va de forma vertiginosa al abismo.

Yo hace tiempo que dejé de tener diario físico, al final tenía demasiados borrones de tinta y dedos manchados que intentaron reparar frases como "¿Por qué tiene que ser así?" Además tengo predilección a vomitar frases decadentes justo cuando estoy mas marchita o  me quiero sentir mas marchita. Una vez llegué a creerme que me sentía según apetencia, hoy triste, mañana alegre, pasado pletórica, luego adquiría pensamientos e ideales hippies y pasado mañana seria tan volátil como una quinceañera introvertida que habla con el espejo intentado decir la primera frase al entrar en una fiesta.

Y me  hubiera gustado que también pasara tanto tiempo para saborear de nuevo lo amargo de la decepción, es como el sentimiento agridulce de los juegos de la niñez, juegos como el "paperBoy", me parecía genial, sortear el cortacésped, las personas, los gatos... incluso sabía un truco, lo he vuelto a jugar de mas adulta y se ha quedado todo en un recuerdo, ya no es tan magnifico, ni adictivo... siquiera creo que me divierta. Lo mismo me pasa ahora, idealizo situaciones o me creo que todo es mejor de lo que es, culpa mía, todo culpa mía, porque cuando llega la realidad lo que era una maravillosa calavera con velas blancas y una bandera con un gran sol dorado y de fondo el verde esperanza se convierte en una barquilla agujereada, que se hunde lentamente, con la temida y temible palabra, prometo que llegaremos a la orilla... Pongo las manos en los agujeros, no sé si es para que no entre agua o para ocultar que existan, pero pierdo la importancia de llegar a la orilla. Lo que realmente deseo es no ahogarme ya que no mojarme es complicado porque creo que estoy de agua ponzoñosa hasta los tobillos, porque el mar donde navegaba ahora tiene el agua negra y ya no viven peces, ellos se marcharon hace tiempo a otros cuento de princesas donde los detalles abundan, eso eran mis pececillos, mis delfines y mis corales, detalles que ya ni están y lo peor que supe que existieron, pero ya se marcharon y aunque forcé para que se quedasen lo único que conseguí que se convirtieran en pirañas que me acabaron mordiendo.

Ay! ¿Qué es eso que se ve en el lateral de mi barquilla? Pone una inscripción "The Queen´s Dream", maldición, esta barca esta hecha con lo que quedó de mi calavera de risas y felicidad, solo queda esto. Me acerco tanto a la borda que al final caigo al agua, pero no está ni fría ni caliente, no quiero que me queme ni que me hiele el corazón. Quiero que todo se detenga y se pare, agua, la lluvia incluso el tintinear de las estrellas. Me agarro a la madera que en su día fue gloriosa, pero no subo, solo me quedo esperando a dormirme, es posible que cuando despierte dentro de mucho tiempo vuelva a tener un camarote lleno de cojines con bordados de oro y ribetes de filigranas imposibles.... Pero esta vez en mi nuevo barco me haré pirata y tendré una norma, surcaremos la vida pero quien levante una mano y jure o promete yo juraré ante el cielo que lo tiraré por la borda.

1 comentario:

  1. GENIAL!!!!!! cuantas veces me he sentido identificada con tu texto...

    ahora quien jure o prometa no llegará a la meta. xD


    uN BESO.

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